La influencia de los padres para el buen
desarrollo de la actividad física que realizan sus hijos es vital. Su
apoyo resulta básico para que el niño se desarrolle de manera armoniosa
tanto en el plano intelectual como en el físico. Aquí van una serie de
consejos para mejorar esta relación tomando una actitud proactiva hacia
la actividad que realizan sus hijos.
1. Tomaos con calma la actividad
que realiza vuestro hijo. Aunque para todos los padres su hijo es el/la
mejor del mundo, en el deporte de base lo primordial es la participación y la interacción con otros jóvenes. Ganar es un plus pero no una necesidad. Los valores de esfuerzo, compañerismo y trabajo en equipo deben estar por encima de los resultados.
2. Acudid a sus partidos o eventos. Para el joven es
importante la presencia de sus progenitores durante una actividad de
tipo competitiva o artística. Vuestra presencia junto al terreno de
juego les dará tranquilidad y confianza. Los ánimos y los parabienes se han de dar tanta en la victoria como en la derrota.
3. Comportaos con educación.
Unos padres que se pelean con otros durante un partido no son el mejor
ejemplo para sus hijos. Por encima del resultado está el hecho de que
vuestros chiquillos están realizando una actividad física beneficiosa
para su desarrollo.
4. Escuchad a vuestros hijos.
Ellos también opinan y ayudan a tomar decisiones respecto a la práctica
que realizan. Imponer gustos o preferencias puede crear frustración en
los chavales. Dejad que se sientan cómodos en la modalidad que elijan y tratad de darles un feedback que les sirva de manera provechosa.
5. Cread una atmósfera sana.
La involucración de los padres en el entorno deportivo debe ayudar a
crear un clima de concordia entre padres, entrenadores, árbitros y
jugadores. Los insultos, amenazas y lenguaje grosero han de ser
eliminados para dar paso a la comunicación, el entendimiento y las
buenas maneras.
6. No convirtáis su trayectoria en la cura de vuestras frustraciones.
Intentar construir un deportista a vuestra semejanza tratando de
mejorar o alcanzar aquello que no pudisteis lograr de pequeños puede
llegar a hacer sentir mal a vuestros pequeños y que sean ellos los
frustrados.
7. Animad la práctica del ejercicio físico al igual que el desarrollo intelectual. Una dieta equilibrada y la práctica de alguna actividad forman la base de un desarrollo físico armonioso. Pero no dejéis de lado la vertiente intelectual. Ambas son totalmente compatibles y necesarias. Los estudios son innegociables y nunca reemplazables por quimeras deportivas de futuro.
8. Respetad la figura del entrenador/formador. Este tipo de personas forman parte del proceso educativo integral del niño y como tales deben ser respetados. La comunicación con ellos es positiva a la hora de plantear alternativas, sugerencias o cuestiones que mejoren el desarrollo de los críos.
9. Convertíos en el apoyo que necesitan
para seguir practicando una determinada modalidad deportiva. Animadlos
cuando no les apetezca acudir a entrenamientos o partidos y apoyadlos
cuando sufran lesiones que les impidan jugar junto a sus compañeros.
10. El deporte es un aglutinador de valores como el compañerismo, la cooperación, la no discriminación por sexos, razas o religión, el trabajo en equipo o la expresión de sentimientos. ¿A qué estáis esperando para animar a vuestros hijos a realizar alguna actividad física?
Y recordad, muchas veces tendréis que
miraros a vosotros mismos antes de dar un consejo. Hay que predicar con
el ejemplo ya que los padres son el modelo a seguir por sus hijos. Unos
padres que practican deporte son el mejor espejo donde sus hijos pueden
mirarse.
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