PUBLICADO EN puntofuertebalonmano.wordpress.com por Kike
"kikecoach" Fernández, basado en un artículo de la psicóloga Yolanda
Cuevas Ayneto.
¡CASTIGADO! ESTA SEMANA NI ENTRENAS, NI HAY PARTIDO, ASÍ APRENDERÁS….
Todos conocemos esta frase pero, ¿sirve de algo? Sabemos la gran lista de beneficios físicos que tiene el deporte:
- fortalece los músculos y huesos.
- previene la obesidad.
- previene el riesgo de enfermedades tales como la diabetes.
- puede corregir posibles defectos físicos.
- ayuda a coordinar movimientos.
- estimula la higiene y la salud.
- duermen mejor…
Pero, ¿y cómo herramienta educativa y psicológica? El cerebro de un
niño/a deportista es más activo, la atención y la concentración toman
protagonismo, escuchan, asimilan, actúan
según directrices de sus entrenadores y a la vez se centran en
movimientos sin perder de vista a sus compañeros. Es su día a día en el
entrenamiento.
Su práctica fomenta el ser perseverante, tolerar el error propio y
el de los compañeros y aprender de ellos como parte del proceso de
aprendizaje. Los niños se sienten
de este modo protagonistas activos de su aprendizaje repercutiendo
de una manera valiosísima en su autoconfianza, autoconcepto y
autoestima,compañeros de viaje a lo largo de todas
sus vidas.
Cada día que privas a tu hijo/a de la práctica deportiva impides su
desarrollo físico, mental y de su larga lista de beneficios. Desde
pequeños la clave es establecer los límites con firmeza
y alternativas educativas ingeniosas para que el castigo sea la
excepción y no la regla. En muchos casos, el castigo extingue la
conducta de manera puntual,pero la raíz del
problema no se soluciona y muchos niños/as siguen “haciéndola”
cuando pueden o cuando creen que no les ven.
El castigo de moda: “Te dejo sin…” Está demostrando que no es
efectivo y de allí conocidas expresiones: “le da igual que le deje
sin…” Porque para que sea castigo educativo tiene
que suponerle un esfuerzo, algo que le ayuda a autocontrolarse. Si
le castigas sin ir a entrenar no sólo no hace el esfuerzo que tenía que
hacer para desplazarse, sino que además deja
de hacer lo que estaba haciendo, no cumple con el compromiso que
tiene con sus compañeros etc… Es decir, estás fomentando la no
responsabilidad. Reflexión: pautas claras y dialogo en el
momento adecuadopara transmitir las normas es la clave para un nuevo
comienzo.
Aprenden a socializarse con nuevos compañeros, a ganar y compartir
triunfos, a perder y saber tolerar la frustración, a experimentar
emociones, a controlar la impulsividad en unos casos y
vencer la timidez en otros, a reducir la ansiedad; a respetar las
normas, al entrenador, a los jugadores rivales y a los
árbitros. Aprenden a aumentar su confianza (porque de cada uno
depende el resto del equipo), se crean lazos de ayuda entre
ellos, se fomenta la colaboración, se promueve una mejor gestión del
tiempo al tener que estudiar o hacer deberes, les
enseña a fijar metas, les desarrolla habilidades como el pensamiento
estratégico, la capacidad de liderar, se les desarrolla pertenencia a
un grupo con intereses y objetivos
comunes, se les enseña a ser responsables y a cumplir con lo que uno
se compromete y se comienza a desarrollar el hábito deportivo.
Entonces, desde mi punto de vista como padre, como entrenador y como
coach deportivo, ¿qué ganas castigando a tu hijo sin entrenar o
jugar? ¿tendrá más tiempo para
estudiar? Posiblemente sí, pero ¿usará ese tiempo para ello? Los
expertos dicen que hay un límite, que cada 45 minutos se debe dar un
descanso, ¿entrenando a media tarde en lo que les gusta
y les motiva? Si tu hijo está muy comprometido con el grupo, con su
deporte, con darlo todo entrenando…
¿Qué mensaje le estamos dando si le quitamos, por ejemplo,
el partido? ¿se ha esforzado? ¿ha cumplido con su compromiso? ¿crees que
debería obtener su premio y apoyarlo el sábado en la
competición? El día es sobradamente largo para que dé tiempo a todo,
sólo hace falta un plan de acción para que organicen su tiempo, para
que aprendan a hacerlo. Dejemos que desarrollen su
talento, que experimenten para encontrarlo. No digo que vivan del
deporte y menos del nuestro, aunque quién sabe s¡ algunos se ganarán la
vida con esto el día de mañana…ya sea jugando,
entrenando, arbitrando etc. Lo que sí creo es que esta forma de
aprendizaje les puede aportar otras muchas cosas en su vida.
Nuestra educación está hecha para sacar personas en serie con un
pensamiento y habilidades comunes. Empecemos a dejar volar el talento de
las personas para que luchen por sus sueños. ¿Os
preguntáis que notas sacaban Rafa Nadal, Miguel Induráin, Michael
Phelps, etc…? ¿Y si sus padres hubieran coartado su talento por un par
de suspensos de mates? Lo que la sociedad se hubiera
perdido…
Pensar que cuando castigáis a vuestro hijo, castigáis a todo el
grupo: al entrenador y a los padres que no lo hacen. Porque todos somos
una gran familia con la que nos comprometemos al
inicio de la temporada y si un miembro de ella falla, todos lo
sufrimos.